¿Es obvio para todos a tu alrededor cuales son tus principios y objetivos? ¿Lo que describirías como éxito es algo que entienden tus empleados? Cuando hay buen liderazgo esto es evidente.

Como líder, tu visión debe claramente reflejarse en tus acciones y en las de quienes te rodean. Debes ser consistente tanto en los tiempos de caos como en los de éxito. Debes dominar los principios básicos y no perder contacto con la realidad. Si fracasas, debes ser capaz de reflexionar e introducir los cambios necesarios.

Por esto es que se dice que no hay malos equipos, sino malos líderes. El liderazgo es lo que determina tanto tu éxito como el de quienes te rodean. Un buen liderazgo tiene efectos inmediatos, si bien los frutos pueden demorar el aparecer. Pero no nos confundamos, el liderazgo no nace, se hace.

Esto es lo que ocurre cuando tomas control de tu vida y la situación, con un buen liderazgo:

  1. Tienes un punto de referencia claro: Cuando decides ser líder, estableces un criterio de excelencia. Este se vuelve un punto de referencia, consecuencia de tener un criterio y mantenerlo consistente. Tu punto de referencia es por qué haces lo que haces, es en lo que crees.
  2. Consistencia en medio del caos y del éxito: La mayoría de las personas no sabe manejar bien el éxito o el fracaso. Por eso hay quienes ante el éxito se vuelven prepotentes y ante el fracaso se derrumban. Un buen líder mantiene una mentalidad constante y actúa de manera consistente.
  3.  Introduces un criterio de desempeño mínimo antes de empezar a ganar: Si tomas decisiones hoy como si ya fueras quien pretendes ser en el futuro, comenzarás a dar pasos en la dirección correcta. Sin importar tus circunstancias, un ganador actúa como un ganador antes de empezar a ganar.
  4. Estableces métricas de desempeño para responsabilizarte: Si el desempeño es medido y monitoreado, inevitablemente mejora. Cuando se mide y se reporta, el crecimiento viene por añadidura. Al medirlos, lo sabrás con claridad y te responsabilizarás a ti y tu equipo por ello.
  5. Como el líder eres el reflejo de tu empresa: Si el líder está ausente, todo se desmorona. Tú eres el ejemplo de lo que es el desempeño óptimo de tu empresa, el ejemplo de tu equipo. Además, eres el cuello de botella final, si tu desempeño no alcanza las metas previstas, limitas a los demás.
  6. Un cambio radical y permanente en el ambiente y cultura: Un buen líder trabaja de adentro hacía afuera. Se enfoca  en las personas y los empodera para que mejoren. El líder se enfoca en la naturaleza humana y con su ejemplo, su naturaleza interna se refleja en su entorno.
  7. La empresa se enfoca en valores y principios, no en comportamientos: El buen liderazgo se caracteriza por poner énfasis en enseñar y aprender. El capital humano lo es todo e inculcarle los valores y principios de la empresa toma precedencia por sobre comportamientos individuales.
  8. Se reemplaza la independencia por la interdependencia: La independencia en el ambiente de trabajo es un concepto erróneo que no tiene lugar en el liderazgo real. Si, hay que evitar el micromanejo, pero si se establecen conexiones dentro del equipo, se trabaja como una unidad donde cada parte tiene un propósito.
  9. Enfocarse en las bases crea la expectativa de éxito: Lo que un buen líder persigue no es el éxito en si mismo, sino mejorar los principios y bases. Perfeccionar el desempeño. Si se logra optimizar la labor de la empresa y cada una de sus partes, el éxito llegará. Es un consecuencia natural de quien eres.
  10. Abrazar el fracaso abre el camino al éxito: Fallar es algo natural que ocurre cuando persigues un objetivo. A veces son difíciles de digerir y procesar, nadie quiere fallar. Pero si en lugar de lamentarte te levantas y sigues, esto se reflejará en tu futuro como líder. Es el aspecto más importante de tu desarrollo .

En el momento en que estés listo para convertirte en líder, vas a experimentar estos cambios prácticamente de inmediato en tu vida. Tu entorno responderá a tu mundo interior. ¿Listo para liderar?

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